Autor:
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL
En nuestra historia, la colonia y el colonialismo interno de nuestros países, han creado abismos de desigualdad real entre hombres y mujeres, entre adultos y niños, entre campo y ciudad, entre el centro motor del país y la periferia que se expresan cotidianamente en la imposibilidad que tienen sectores marginales para acceder a la defensa de sus derechos, muchos de los cuales son ignorados, acallados y hasta clandestinizados. Los hechos acaecidos entre los años 2000-2005 ahondaron vertiginosa y definitoriamente la crisis de la forma de Estado republicano de 1826. Con la irrupción violenta de las movilizaciones sociales se puso fin a esta forma de Estado, asentada en la idea de progreso y la construcción de la nación boliviana, la misma que se basaba en la incorporación del indio a la sociedad nacional. Esta forma de Estado se sustentaba en la separación de un centro civilizatorio, caracterizado por la modernidad y la ciudadanía, de todo un conjunto de la periferia habitada por lo “indio”, que después, en la visión republicana pasó a ser el “campesinado”, como un estamento enteramente rural y homogéneo.