En cumplimiento al convenio firmado entre la Universidad de San Francisco Xavier y el Arzobispado de Sucre, se concretó la restauración de una las criptas que guarda la iglesia de San Miguel.
Según explicó el rector Walter Arízaga, el propósito es refuncionalizar los sitios patrimoniales de esta ciudad, de tal forma que se conviertan en atractivos turísticos y fuentes generadores de recursos que dinamicen la economía local.
La restauración de la cripta, explicó el rector Arízaga, forma parte de un proyecto denominado “El Mansano Jesuítico” que pretende recuperar la vinculación histórica que existió entre la Casa de la Libertad, el edificio de la Facultad de Derecho y la Iglesia de San Miguel. La conexión entre los tres edificios, formará parte de un paquete turístico que permita al visitante conocer los periodos históricos de Bolivia y a las instituciones que influyeron en la independencia y en la cultura de los habitantes de esta tierra, explicó la autoridad.
Cripta de San Miguel
Su restauración fue encomendada a Ramón Delgado, reconocido restaurador de Sucre, quien, junto con la docente de Arquitectura, Karla Jaliri y varios técnicos especializados, llevaron adelante este proyecto.
Sobre la restauración de la cripta, Delgado explicó que la primera tarea fue recuperar el material óseo hallado en el lugar que, dicho sea de paso, estaba en mal estado; por ese motivo, junto con un grupo de estudiantes de Bioquímica se realizó el cultivo bacteriano con el fin de determinar la gravedad del daño al que estaban sometidos los huesos; a la conclusión de este estudio, se identificaron 16 tipos de hongos y bacterias que aceleraban la descomposición ósea.
Con el objetivo de recuperar y proteger los restos, junto a con una doctorante en Bioquímica se consiguió crear un producto para la eliminación de bacterias y hongos, mediante un proceso de inmersión y otros procedimientos científicos “Una vez que se realizó la recuperación, se procedió a la desinfección y eliminación de todo tipo de bacterias y hongos, finalizando con la consolidación de cada uno de los restos para la exposición completa”, explicó además Delgado que se colocaron geotextiles mediante algunos procesos arqueológicos, que garantiza que los restos óseos y la tierra encontrados permanezcan en la cripta, que tienen una data aproximada de 200 años.
Para garantizar la seguridad de quienes ingresen a la cripta, se instalaron en ella sensores que actualizan permanentemente la información sobre temperatura y la humedad; cuando este equipo reconoce cambios bruscos en estos indicadores se enciende una luz a manera de alarma.
“El proceso de desinfección y eliminación de todo tipo de bacterias se realiza mediante un deshumidificador y purificador de aire que, según tengo entendido, es el único lugar de Bolivia que tiene un equipo con estas particularidades”, comentó el restaurador.
La labor de restauración ha concluido, lo que permitirá que desde el 3 de diciembre esté abierto al público como parte de la oferta turística; con todo, según adelantó Ramón Delgado, en más se procederá a la restauración de otra cripta de la Iglesia de San Miguel y posteriormente se intervendrán otras que se encuentran en otros templos de Sucre.
Antecedentes
Antes de la construcción del Cementerio General de Sucre, fundado en 1892, las familias con mayores ingresos económicos solían depositar el cuerpo de sus difuntos en las criptas, dispuestas en las capillas contiguas a los templos, como la que antecede a la Iglesia de San Miguel.
“Según el relevamiento elaborado por Máximo Pacheco, director del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), todas las iglesias de Sucre tienen criptas, aproximadamente de dos tres criptas por iglesia; es decir, alrededor de 30 criptas que podrían ser restauradas y seguir el mismo procedimiento para que sean parte de la oferta turística de la ciudad de Sucre”, concluyó Delgado.
JCV