Reseña histórica sobre las revistas y boletines publicados por la Universidad de San Francisco Xavier durante el siglo XX
Javier Calvo Vásquez*
La Universidad, a lo largo del siglo XX, publicó distintos boletines y revistas de información, cuya principal finalidad fue dar a conocer a la comunidad universitaria y a la población de Sucre, las actividades ejecutadas y proyectadas por sus máximas autoridades, los estamentos estudiantiles y los institutos de investigación; con todo, este material impreso no descuidó la difusión de artículos científicos, literarios, históricos y filosóficos.
El objetivo subrepticio de estas publicaciones recae en la necesidad institucional de construir la opinión favorable de la comunidad universitaria en torno a la gestión de las autoridades y de la dirigencia estudiantil, esto no significó del todo –como se verá más adelante- la exposición de información sesgada, más bien se insiste en proyectar la imagen institucional con base en la producción del conocimiento y en las labores de interacción y extensión social.
El antecedente más próximo que se conoce sobre este tipo de publicaciones se remonta a 1882 “Boletín de Instrucción”, el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia guarda algunos ejemplares publicados en 1882, 1883 y 1889. Su contenido versa básicamente en la difusión de resoluciones y leyes vinculadas con la educación universitaria y escolar.
El siglo XX inicia con la edición de la “Revista Universitaria. Órgano de prensa de la facultad de Derecho” (1900), surge como iniciativa de la Asociación Universitaria, organización homóloga al Centro de Estudiantes de Derecho, presidida por Arturo Carranza; resalta además el nombre de Hernando Siles como vicepresidente que, como se sabe, fue rector de la Universidad entre 1917 y 1919 y presidente de Bolivia de 1927 a 1930. El propósito de ella, tal cual señala su presidente, fue difundir artículos de investigación. Inaugura su primera edición con el sugestivo texto “Condición de la mujer”, escrito por Francisco Mendoza.
A partir de entonces, influenciadas del positivismo liberal -en boga durante las primeras décadas del siglo pasado- se publican distintas revistas de índole académico y reinvindicativo elaboradas por los estudiantes de las facultades de Derecho y Medicina, también descuellan los boletines de la Federación de Estudiantes, uno de los más significativos por su impacto es el impreso en 1924 que incluye “El Manifiesto de los estudiantes de Charcas” donde se plantea por primera vez en Sucre la Autonomía Universitaria.
Sin embargo, a su turno, cada revista o boletín interrumpía abruptamente su edición, debido fundamentalmente a la incapacidad económica de sostener su impresión y al cambio de autoridades universitarias que estaba sujeto a la dinámica de la política nacional.
Esta peculiaridad intermitente de las publicaciones universitarias se rompe en octubre de 1927 cuando el rector de la Universidad, Renato Riverín, decide crear la “Revista Universidad de San Francisco Xavier” que se mantendrá como referente informativo y de extensión del conocimiento en el contexto nacional y mundial hasta 1967, año de su última edición. Es la única revista universitaria que -a lo largo de los 400 años de vida de la Universidad de San Francisco Xavier- mantuvo cierta regularidad en el transcurso de 40 años. El 90% de su contenido estuvo integrado por artículos académicos, científicos, literarios, históricos y el restante 10% incluía el informe semestral o anual del rector; incorporaba datos de la administración financiera y el detalle de las actividades institucionales y académicas. Durante los primeros años (1927 – 1930) se publican artículos sobre los fundamentos teóricos que sustentaron la demanda de la autonomía universitaria, constituyéndose de esta manera en fuentes primarias que facilitan la investigación histórica sobre este tema.
A lo largo 40 años de vigencia, publicaron sus artículos connotados intelectuales de la época, por su trascendencia nacional e internacional resaltan los nombres de Jaime Mendoza, Germán Mendoza, Gunnar Mendoza, Carlos Medinaceli, Guillermo Francovich, Enrique Vargas Sivila, Nicolás Ortiz, Adolfo Vilar, Alfredo Vargas, Agustín Iturricha, Carlos Alberto Salinas, Ricardo Mujía, Vicente Donoso Torres, Manuel Durán, Ramón Chumacero Vargas, Alfredo Jaureguí Rosquellas, Leo Pucher, José Antonio Arce, Aniceto Solares y publicaciones póstumas de Gabriel René Moreno e Ignacio Prudencio Bustillo, por citar algunos nombres.
Con la creación de la Oficina de Publicaciones en 1938, el rector Aniceto Solares encarga a Gunnar Mendoza hacerse cargo de esa repartición y de la revista de la Universidad, función que ocupa hasta 1967. Mendoza la dirige con tal rigurosidad que garantiza la calidad y relevancia de los artículos, dotándole de seriedad y prestigio mundial, por lo que no es exagerado afirmar que publicar en ella constituía un motivo de privilegio y orgullo personal. Muchos de sus artículos se convirtieron con el tiempo en referencia bibliográfica ineludible, lo que derivó posteriormente en su reedición en periódicos y revistas de circulación nacional e internacional o formaron parte de antologías especializadas, uno de ellos fue el “Diario de un soldado de la independencia altoperuana en los valles de Sicasica y Hayopaya 1816 – 1821”, de Gunnar Mendoza publicada por primera vez 1951 (Tomo XVI N° 37 Y 38). Como se sabe, esta obra marcó la línea de los estudios historiográficos sobre la guerra de la independencia.
Simultáneamente a la edición de la revista de la Universidad, se publica entre 1927 y 1967 revistas y boletines de corte informativo y académico por parte de las facultades y centros de estudiantes e institutos de investigación; cabe nombrar el Boletín del Centro de Estudiantes de Derecho (1942 – 1951, en él se publicaron las conferencias ofrecidas por catedráticos e investigadores e información sobre el contexto político nacional. Sus más importantes redactores fueron Julio Garret Aillón y Javier Torres Goitia, que décadas después se destacaron como altos dirigentes del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), ocuparon los sitiales más altos de la política y la gestión de Estado, a más de ser figuras necesarias en la construcción de la opinión pública nacional.
En 1956 se publica durante la gestión interina del rector Hugo Sandoval un boletín con amplia información estadística e información utilitaria, acompañada de fotografías, recurso utilizado por primera vez en la Universidad. El staff estuvo integrado por Gunnar Mendoza Loza y Hugo Poppe Entrambasaguas. El rector interino Sandoval y el secretario general, José Ipiña apoyaron decididamente este material informativo.
A partir de la gestión del rector Óscar Frerking Salas (1957 – 1963) se incide en la publicación de revistas y boletines informativos que resalten el desarrollo de la gestión institucional, esto no significó descuidar la divulgación científica; por el contrario, en esos años, se fortalecen las revistas: Jurídica de la facultad de Derecho y Archivos de Medicina (revista científica), ambas cobran un impacto nacional por su influencia en el debate jurídico y en los estudios exploratorios y experimentales sobre las condiciones de salud en Chuquisaca. Es importante además citar la revista del Instituto de Sociología Boliviana (ISBO) que, desde su fundación en 1941, tuvo una regular edición hasta los primeros años del siglo XXI.
En 1971 surge el boletín denominado “Tribuna” dirigido por estudiantes de base y luego conducido por la Federación Universitaria Local, su importancia radica en la difusión de artículos que describen la crítica situación política del país y hacen hincapié en la propuesta universitaria designada como “Reforma universitaria”, en ella se esbozan cambios sustantivos en la administración institucional, el reordenamiento de los planes de estudio y la reconducción de la Autonomía Universitaria, bajo el lema “La Universidad al servicio del pueblo”.
Durante los años de la dictadura de Hugo Banzer Suárez (1971 – 1978), la Universidad editó varios boletines que tuvieron como principal peculiaridad dar a conocer de manera parcializada la gestión de Rectorado. En ese periodo, no se conoce la publicación de artículos de investigación y mucho menos –como es de suponer- de opinión sobre el contexto político.
La recuperación de la democracia y la autonomía universitaria, en junio de 1978, no significó un aliciente a la publicación de nuevas revistas y boletines, esto por dos factores a tomar en cuenta: el primero, la dictadura expulsó, desterró y, el algunos casos, asesinó a la intelectualidad universitaria que se encargaba, hasta antes de la dictadura, de producir el pensamiento universitario, es oportuno nombrar al respecto a Roberto Alvarado, director del ISBO, que desde la investigación sociológica interpeló a las estructuras del Estado, debido a su irreverencia ideológica la dictadura lo asesinó; el segundo factor, fue la inestabilidad política que se tradujo en golpes de estado y en la consecuente inestabilidad institucional de las universidades.
De retorno a la vida democrática (10 de octubre de 1982) y el restablecimiento de la autonomía de las universidades, la casa de estudios superiores recupera su tradición informativa con la impresión de boletines con distintos objetivos y matices; resalta sin embargo, la preferencia a la información estrictamente institucional, dejando de lado los artículos de investigación. Durante los primeros años del 80, se reedita la “Tribuna” el órgano de prensa de la Federación Universitaria Local, que cambia el rumbo editorial de acuerdo al movimiento de la veleta política; es decir, su orientación la daban las dirigencias estudiantiles, claramente adscritas a un partido político (por lo general de izquierda); no obstante, en 1995 adquiere independencia de los centros de estudiantes lo que permitió producir material de prensa lo más objetivo e imparcial posible. Estuvo vigente hasta 1997.
En 1994 la carrera de Ciencias de la Comunicación saca a la luz el primer periódico producido en su integridad por los estudiantes “Alma Mater”, que incluía información del ambiente académico, información local y nacional, además de la producción literaria de docentes y estudiantes. Esta experiencia fue una de las más significativas por su intento de plantear un nuevo periodismo que incorpore temas que estén al margen de la agenda mediática institucionalizada. Con esto, la carrera de Comunicación se propuso que el periódico no solo sea un instrumento para la práctica laboral, más bien apuntó a que el estudiante construya un nuevo sentido en la producción periodística.
Entre 1998 y 1999, a iniciativa de las autoridades universitarias, se publica la Gaceta, órgano de prensa que privilegió la cobertura a la gestión del rector de esos años, se experimenta con otros géneros periodísticos como el reportaje para tratar la problemática regional, también incluye artículos de opinión escritos por figuras públicas del panorama local.
El año 2003, el rector Walter Arízaga decide (re) fundar la Oficina de Publicaciones de la Universidad y con ella la revista “La letra viva”, su vigencia abarca hasta diciembre de 2005; su principal peculiaridad radica en la periodicidad mensual, en la difusión de publicidad y en su comercialización al interior de la Universidad y la población en general; en ese marco, se puede afirmar que –de alguna manera- esta revista fue la única que logró el autofinanciamiento. Como en el anterior caso, La Letra Viva incorpora información del contexto local y nacional, acompañado de artículos de opinión de investigadores y docentes de la Universidad.
En 2006 surge una nueva revista “El Campanario de Charcas”, con similares características de sus predecesoras; sin embargo, retorna su carácter gratuito en la distribución y se cierra la posibilidad de contar con el apoyo publicitario. Esta publicación mensual solo editó cuatro números.
Un año después, la Oficina de Publicaciones inaugura la revista “Expresión” que es, después de la “Revista Universidad de San Francisco Xavier”, la segunda de mayor aliento, de mayo de 2007 a diciembre de 2018; es decir, durante 21 años se publica un promedio de nueve ediciones por gestión. En cuanto a su contenido, estuvo enmarcado únicamente en la información generada por Rectorado, Vicerrectorado, unidades facultativas, unidades administrativas de servicio, extensión e investigación. Destaca, además, la publicación de artículos de divulgación científica y por primera vez, durante muchas temporadas, se incursiona en la producción de reportajes y crónicas periodísticas.
La última experiencia en la publicación impresa de revistas universitarias se remonta a las gestiones 2019 y 2021, el suplemento “San Francisco Xavier”; en ese lapso, se cambia el sistema de distribución, con el objetivo de llegar a la mayor cantidad de lectores se imprime y distribuye conjuntamente el periódico local Correo del Sur. En cuanto al contenido comunicacional, no presentó marcadas diferencias con anteriores experiencias. En una primera etapa, su periodicidad fue mensual y el 2021 bimensual.
La importancia de estas publicaciones informativas recae en su valor histórico, porque representa en su conjunto la construcción de una narrativa institucional y el establecimiento de un discurso que la define como entidad de educación superior en su relación con la comunidad universitaria y las instituciones del Estado; en otras palabras, en las páginas de estos boletines y revistas se asientan las fuentes primarias y secundarias de investigación sobre la historia de la Universidad durante el siglo XX. En síntesis, su impacto no está ligado a la influencia que podría tener en la opinión pública, esto por su carácter y esencia de medios públicos de información; más bien, su impacto está en su contenido (artículos científicos, ensayos, información estadística, etc.) y en las innovaciones que presenta cada una de ellas; en suma, develan las peculiaridades de cada etapa universitaria, con sus derroteros que describen su crecimiento y plantean nuevos desafíos.
13 de mayo de 2024
*Responsable de la Oficina de Publicaciones